Los Castillo regresan a casa junto a Blanca, la hija de Jimena, que
les advierte que no pueden seguir en Valle Perdido, porque ha tenido una
predicción de futuro, y sabe que si se quedan ahí, todos morirán. La
familia, alarmada por la niña, intenta escapar, pero sus predicciones
les advierten de que no hay salida posible, ya que de una forma u otra,
el final es el mismo. Entonces, Jimena se da cuenta de que la única
solución para salvarles es que se separen, y así se lo hace saber a
Mario, quien se da cuenta de que no puede hacer nada para que su amada
cambie de idea. Así, sin que los niños lo sepan, todos pasan juntos su
última noche, porque a la mañana siguiente, partirán sin Jimena ni
Blanca, que buscarán ayuda para cruzar el río y marcharse para siempre.
En su partida, Mario y los niños se encuentran con Padre, que intenta
matarles. Ahí interviene Jorge, otro niño con poderes que tiene la
capacidad de matar y resucitar a la gente, y así lo hace con Padre
delante de todos. Viéndole morir, todos se dan cuenta de que ya no hay
peligro, porque con Padre muerto, ya nadie les persigue. Corren a buscar
a Jimena para avisarle de que no tiene que irse, pero ya es muy tarde.
Sin embargo, todo estaba planificado por Padre, ya que al regresar a la
casa, Jorge le vuelve a resucitar. Momentos después, Madre aparece por
primera vez en la serie, y Padre pretende contarle su plan ahora que los
Castillo le creen muerto. Pero Madre tiene mejores intenciones para él,
así que ordena a Jorge que le mate, quedándose ella al mando de todo.
Ahora los Castillo regresan a sus vidas, ocultando sus poderes
igualmente, pero creyéndose libres y sin problemas, así que bajan la
guardia. Esto es lo que Madre aprovecha para enviar a dos nuevos
secuaces, Martín y Michelle, que se harán pasar por hermanos ante los
vecinos del pueblo. Ella, que tiene el poder de controlar a los bichos,
se convertirá en la mejor amiga de Sandra, consiguiendo que confíe en
ella más que en nadie ahora que no puede contar con Jimena, y Martín le
dará trabajo a Mario en un nuevo bar que supuestamente él y su hermana
han abierto en Valle Perdido, de forma que ambos pretenden acercarse
cada vez más a la familia.
Otro nuevo personaje en la serie es Julia, que llega a Valle Perdido
para ejercer de nueva directora en el colegio. Hasta que la serie no
avanza, no sabremos sus intenciones, pero Mario comienza a desconfiar de
ella, ya que no ha sabido hacer muy bien su papel. Los movimientos de
Julia son guiados a través del teléfono por una mujer que le pide que se
acerque lo más que pueda a los Castillo y se gane su confianza. Más
tarde sabremos que esta mujer es su madre, y que Julia es hija de
Humberto, el anciano con Alzheimer que tanto conoce Ana. Julia solo
tiene el propósito de cuidar y proteger a los niños especiales, porque
se siente culpable de que ella y su padre, buscando antídoto para Darío,
su hermano enfermo, hicieran algo horrible, aunque no desvela lo que
es. Aún así, se intuye que tienen algo que ver con los poderes de los
chicos. Sin embargo, Julia ha vivido muchos años creyendo que su padre
murió en el incendio del laboratorio que él mismo provocó, y del que
ella salió ilesa gracias a su madre.
Por su parte, Leo, sigue con fiebres altas y experimentando
comportamientos extraños, desde que se pinchó con la planta mágica de
Humberto en su laboratorio. Sin él saberlo, su madre (Ana) muere,
tiroteada por Martín al intentar protegerle, aunque él cree que está de
viaje. Poco después descubrirá que Culebra y los demás tienen poderes, y
que lo que a él le ocurre es que está experimentando también una
especialidad, pero no se sabe cuál es hasta que la manifieste. De esta
forma se alía con Culebra, para buscar información en todos los papeles
que encuentran y tratar de dar con la respuesta. Provocado por Michelle,
sin saberlo, Leo experimenta su poder, puede parar el tiempo, y
descubre que en Villa Dorita pueden haber soluciones. Allí se dirige con
Culebra, pero la casa amenaza con caerse, así que Leo para el tiempo y
consigue que ambos salgan de allí con vida, acompañados por Sandra, que
les persigue alertada por Lucía, ya que encuentran a Culebra muy extraño
y no quiere contar nada. Sandra descubre que Culebra lo está haciendo
todo por ella, busca la cura para los poderes para que ella vuelva a ser
feliz, pero no le quiere contar nada para no hacerle ilusiones sin
motivo. Tal y como él mismo se lo dice en pleno derrumbe, no puede vivir
sin ella. Los tres chicos consiguen escapar, pero más tarde, al buscar
ayuda en un coche que pasa (conducido por Martín y con Humberto dentro),
éste atropella a Culebra, que no tiene fuerzas siquiera para respirar.
Leo corre a pedir ayuda, lo que da tiempo a que Sandra y Culebra, casi
sin aliento, se despidan entre lágrimas, cuando él le dice que ya es
hora de que hablen (pues ella se lo venía pidiendo). Tras decirle:
"Sandra, te quiero", Culebra muere en sus brazos. Entonces, la chica,
llena de rabia e impotencia, lanza una descarga eléctrica hacia el
cielo, que provoca una enorme lluvia, invadiendo de tristeza a todo
Valle Perdido.
Leo logra retroceder el tiempo y salva a Culebra y vuelve a vivir.
Culebra deja de investigar por que cree que si sigue, Sandra morirá.
Pero Sandra necesita investigar, necesita una cura, y decide investigar
con Lucas, dónde consigue una caja con un disco de vinilo, en el que
Humberto dice que hay una cura. Con la ayuda de Carlitos y Lucia, Mario y
Julia se besan.
Culebra empieza una relación con Michelle, que se termina enamorando
de él. Sandra investiga por su cuenta, pues Lucas se ha ido con su
familia, pues tuvieron un accidente, pero en realidad está con Madre.
Sandra sigue a Julia, y descubre la asociacion "Los Protegidos". Sandra y
Julia salvan a Lucas, y Julia les dice a ellos dos que no pueden decir
nada.
Culebra se va con Michelle de Valle perdido, pero ve que no puede
olvidarse de Sandra y se queda. Cuando Julia llega a casa, Mario le pide
explicaciones por unos archivos que tiene de sus hijos, y la echa de
casa. Culebra se declara a Sandra por telefono, y esta le va a besar,
pero no puede, a si que ambos se quedan cerca contemplando el árbol de
navidad.
Cuando se van a dormir, Sandra descubre una flor de la planta mágica que curaría sus poderes, lo cual le devuelve la esperanza.
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